jueves, 19 de febrero de 2015

Ritmo. Todo fluye y refluye.

Estoy deseando dar forma a este post, porque es un tema que realmente me fascina, los ritmos de todas las clases y colores, internos y externos, lentos y rápidos, suaves y fuertes… Ritmos en cualquier caso.

Así que dejo deslizar mis dedos y mis pensamientos, para que ellos solos se vayan transformando en palabras.

Porque para este post en concreto, voy a dejar que mis emociones se plasmen a través de las palabras.

Tantos ritmos y tan diferentes que pueblan nuestras vidas,  nos acompañan a través de ella y aunque muy pocas veces seamos conscientes de que existen, lo hacen, vaya si lo hacen. 

Ellos determinan muchas de las experiencias de nuestra existencia incluso pasando totalmente desapercibidos, ¡Qué ingratitud!

Existen ritmos famosos, claro que sí, sobretodo los que tienen que ver con la música, porque nos “suena” más familiar ¿Verdad?

Pero nos rodean muchos más, el ritmo respiratorio que nos permite nada más y nada menos que VIVIR, mediante la respiración. Es la que va a consentir que el oxígeno llegue a cada celulita del organismo, a través del ritmo circulatorio de la sangre, y que consigamos desarrollarnos con el ritmo celular… Y así podría enumeraros infinidad de ritmos internos que el ser humano posee.

Ritmo. Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación. Kybalión.

La teoría de los Biorritmos 


Todos hemos escuchado como los biorritmos pueden alterar de una manera muy importante muchas de nuestras reacciones, y aunque esta teoría tenga algunos detractores, no está de más conocerla. Puede ser que a algunos, nos aporte respuestas a momentos inexplicables.

La teoría del Biorritmo afirma que cada ser humano está influido por tres ciclos biológicos que comienzan en el nacimiento y continúan a lo largo de la vida repitiéndose a intervalos regulares de tiempo (23, 28 o 33 días).

Cada uno de estos ciclos a su vez, se divide en dos, medio ciclo de actividad positiva y medio ciclo de actividad negativa. Además el primer día y el día central de cada ciclo son conocidos como los días críticos o momentos más inestables donde las capacidades varían ampliamente desde muy bajas a muy altas.

El primero es el ciclo físico o masculino, que tiene una duración de 23 días e influye en los factores físicos como dice su nombre, por ejemplo en la coordinación ojo-mano, fortaleza, resistencia física. Se divide en dos mitades de once días y medio cada uno, encontrándose la mejor forma durante el quinto o sexto día. Durante el segundo medio ciclo descendemos para recargar nuestras pilas para recuperar los esfuerzos realizados durante la primera mitad.

El segundo es el ciclo emocional o femenino, tiene una duración de 28 días e influye en estados emocionales (amor-odio, optimismo-pesimismo, pasión-frialdad, depresión-entusiasmo, etc.). Durante la primera mitad del ciclo se disfruta de días de optimismo, creatividad y bienestar seguido por el descenso y recarga de la segunda mitad del ciclo. Durante este periodo es probable que tengamos ideas negativas, que nos irritemos con facilidad y que experimentemos “días malos”. 

El tercero corresponde al ciclo intelectual, que tiene una duración de 33 días, e influye en el rendimiento intelectual (memoria, atención, capacidad de razonamiento, etc.). En los primeros 16 días y medio se tendrá un pensamiento lúcido, buena memoria y mente alerta, le sigue el periodo de menor actividad intelectual y menor eficacia


¿Influye el ritmo en nuestras emociones?


Existen técnicas que se basan en el ritmo, en la música, en el movimiento para dar rienda suelta a esas emociones reprimidas o no, a esos pensamientos certeros o no, a esos conflictos resueltos o no…

Una de ellas es la Técnica de los 5 Ritmos de Gabrielle Roth, cuya práctica te lleva a revivir todos los momentos de tu vida, desde tu nacimiento, niñez, pubertad, adolescencia, madurez hasta la vejez si es el caso.
La práctica se realiza a través del ritmo musical y el movimiento natural de tu cuerpo, aún sin tener ninguna noción de baile, pero sí de una manera guiada en algunos momentos.

Con total libertad de expresión corporal para dejar salir, dejar entrar, lo que necesite nuestro cuerpo, mente y/o espíritu, hasta que se llega a una unidad completa con las emociones integradas en el individuo.

Escribo y no censuro si lo estoy haciendo de forma ordenada o no, hoy no, hoy me dejo llevar, expongo lo que sale de dentro, me expreso y ya está, sólo eso…

La emoción de escribir, y de escuchar el clac clac de mis dedos en el teclado que están proporcionándome una estupenda melodía llena de ritmos enriquecedores… ahora más lento, ahora más rápido… Genera una emoción de riqueza mental que me embravece y quiere más…

Este es otro de los ritmos que me acompañan, y que si no estuviera viviendo el presente probablemente hubiera pasado desapercibido, porque quizá mi oído hubiera estado en otro ritmo cualquiera, quizá banal.

Pero aquí estoy fluyendo, siendo consciente de la manera de generar movimiento en este caso de mis dedos sobre el teclado, y generando ese ritmo que me hace sentir bien, me da fuerza y ganas de crear.

Sí, el ritmo influye en mis emociones…

Observar y comprender estas oscilaciones del ritmo y sus efectos en los procesos biológicos, mentales y emocionales lleva a conocerse a sí mismo mucho mejor y a vivir en equilibrio.


Pilar Caballero. PILARTES.


jueves, 5 de febrero de 2015

Claves de la motivación para alcanzar una meta

La motivación es generada por el interés por llegar a ser de determinada manera, conseguir una meta o vivir cierto estilo de vida. Motivación para trabajar, para conseguir objetivos, alcanzar metas personales pero también para estar a gusto con uno/a mismo/a.

La motivación es el estímulo que anima a una persona a mostrar interés por una cosa determinada.

¿Qué estímulos generan motivación?


Cada vez aparecen más técnicas que favorecen estos menesteres, porque que en la sociedad actual en la que vivimos, las exigencias son cada vez mayores.

Basta con pararnos un momento y observar a nuestro alrededor: amistades, familiares, compañeros/as de trabajo; todas las personas o casi todas tenemos unos objetivos a los que queremos llegar.

Unos objetivos a veces correctos y otros no tan correctos, pero eso es tema para otro post.

Conocer qué hace falta para conseguir esos objetivos y, sobretodo, que repercutan en el bienestar de la persona, es lo que hoy queremos tratar, nos referimos a una buena motivación.

Esa fuerza que nos lleva a desarrollarnos de la mejor manera para alcanzar el sueño que tenemos de una manera positiva, alegre, que no significa que no haya esfuerzo, pero con la capacidad de generar un estímulo positivo, cuyo fin será no desfallecer en el intento, sino avanzar hasta la meta.

Encuentra tus motivos.


Son muchos y muy variados, tantos como personas.

Para comprender mejor la motivación humana, hablaremos de la teoría aportada por Abrahan Maslow, en su obra “Una Teoría sobre la motivación humana” en 1943,   donde jerarquizó los motivos que todo ser humano tiene o podría tener, dependiendo de su situación personal.

Maslow describe una pirámide de cinco escalones en el que el nivel más bajo es el de las necesidades básicas, las relacionadas con  la supervivencia.
Aquellas como respirar, hidratarse, alimentarse, mantener la homeostasis del organismo (equilibrio y salud), la capacidad de procrearse, etc.

Afortunadamente en nuestro mundo occidental estas necesidades básicas, están prácticamente cubiertas, y por eso no nos preocupamos en demasía, sólo se atienden necesidades superiores cuando se han satisfecho las inferiores, es decir, aspiramos a satisfacer necesidades superiores.

Esas necesidades y objetivos van desde las de seguridad y protección del peldaño número dos de la pirámide, las necesidades sociales en el tercero hasta las de estima y reconocimiento en el cuarto.

En la cima de las jerarquías se halla la quinta, la autorrealización. Es la necesidad psicológica más elevada del ser humano, y es a través de su satisfacción, que se encuentra una justificación o un sentido válido a la vida mediante el desarrollo potencial de una actividad. 
Se llega a ésta cuando todos los niveles anteriores han sido alcanzados y completados, o al menos, hasta cierto punto.
Pero no todo el mundo aspira a cubrir este objetivo cada persona es cada persona y cada cual es cada cual.


La auténtica motivación.


La verdadera, la positiva, la real, la que observa una serie de características básicas para poder jactarse de conservar todos estos adjetivos.

Para disponer de una motivación real y positiva se debe sentir un auténtico amor por lo que se hace, es decir entusiasmo y deseo.

Seguida de valor para triunfar y coraje para lograrlo, esto nos da el poder y nos anima a convertir los sueños en realidad.

La autodirección y el compromiso por la excelencia, serían otras de las características que van a hacer que vayamos por el buen camino hacia el camino que nos hemos propuesto.

Pero sin duda donde la mayoría de las personas fracasan y donde se pone a prueba si gozan o carecen de una buena motivación, es cuando nos referimos a términos como: disciplina, organización y esfuerzo, sin duda el talón de Aquiles a la hora de llevar a cabo un proyecto.

A partir de ahí, ya estamos enfilados hacia nuestra meta, sin olvidarnos que todo esfuerzo necesita de su descanso correspondiente, y también una capacidad para sortear la adversidad.

Estas son las 7 características de la motivación auténtica, según Allyson Lewis.

Si queréis ahondar un poco más en cada una de ellas os emplazo a escuchar el programa de Radio de esta semana, que está dedicado al igual que este post a la motivación, a través de Ivoox, en el canal de Pilartes.


Reflexiona sobre tus metas.


Aunque pensemos que es un término moderno, todos llevamos ese proceso de una manera interna, en los genes.

Unas veces mejor integrado, por ejemplo para mantener esas necesidades básicas satisfechas, pero otras veces de una manera no tan buena, cuando se convierte en un “cada vez quiero más”, y sobre todo cuando se encamina hacia objetivos meramente materiales. Estamos ante un sistema de valores un tanto enfermizo.

Por eso estaría bien reflexionar un poco sobre nuestra vida: nuestros objetivos, el camino para conseguirlos y los valores que regulan estos aspectos.

Y ahí sacaremos cada persona nuestra moraleja.

No olvidéis que para los que buscáis algo más….PilaRtes

Gracias por estar ahí.